El día que don Juan Carlos mostró su lado más humano con doña Letizia
La relación entre el Rey Juan Carlos y la actual Reina Letizia siempre se ha puesto en entredicho. Son varias las fuentes que apuntan a que el padre de Felipe VI nunca estuvo de acuerdo con el hecho de que el heredero contrajese matrimonio con la entonces periodista, de la misma manera que aseguran que, tras el ‘rifirrafe’ entre doña Letizia y doña Sofía, se mostró muy crítico con su nuera. Una actitud que ha mantenido a lo largo del tiempo, hasta el punto de que se dice que responsabiliza, en parte, a la esposa de Felipe VI de haber tenido que abandonar España.
Don Juan Carlos y la Reina Letizia en el balcón del Palacio Real. / Gtres
En la reciente biografía de Laurence Debray sobre don Juan Carlos, la periodista mantiene que en las conversaciones que ha tenido con el que fuera jefe del Estado durante casi cuarenta años, este asegura que en estos momentos no se habla ni con su hijo ni con su nuera.
El Rey Juan Carlos y doña Letizia en una de sus últimas imágenes juntos. / Gtres
Sin embargo, a lo largo de los años en los que doña Letizia lleva siendo miembro de la familia real, hemos visto contadas ocasiones en las que la Reina ha tenido momentos de complicidad o gestos de afecto con su suegro. La mayoría de ellos limitados a saludos en actos oficiales o de índole más privada, pero siempre frente a las cámaras.
No obstante, hay uno de ellos que destaca especialmente por encima de los demás. El 7 de febrero de 2007, la familia Ortiz Rocasolano recibió una de las peores noticias que podía esperar. La hermana menor de la Reina, Érika Ortiz, apareció muerta en su casa de Madrid. Una casa en el madrileño barrio de Vicálvaro en la que vivió doña Letizia hasta el anuncio de su compromiso con el entonces príncipe de Asturias.
Entierro de Érika Ortiz en Madrid. / Gtres
El día después de su fallecimiento, don Felipe y doña Letizia asistían al entierro en Tres Cantos. Una triste jornada a la que no faltaron el resto de miembros de la familia real, algunos de los cuales se sumaron a los pocos días a la celebración de la misa funeral en recuerdo de la hermana de la entonces princesa de Asturias, que se encontraba embarazada de su segunda hija, la Infanta Sofía. Rota de dolor, doña Letizia apenas podía contener las lágrimas.
Doña Letizia, desolada en el entierro de su hermana. / Gtres
Fueron varios los que se acercaron para consolar a la Princesa y a su familia en este duro trance, aunque llamaron especialmente la atención los gestos de don Juan Carlos. Cumpliendo con el protocolo, doña Letizia hizo una reverencia al Rey, que de forma casi inmediata le pidió que se levantase y la abrazó y trató de consolarla. De la misma manera, la esposa de Felipe VI se fundió en un fuerte abrazo con la Infanta Cristina, con quien entonces mantenía una buena relación. Más adelante, el día del funeral, fue doña Sofía quien permaneció junto a su nuera, tratando de aliviar un poco el profundo dolor que atravesaba en su momento.
Dos jornadas marcadas por un hecho trágico que dejaron a la vista la faceta más humana de la familia real. Nadie entonces hacía presagiar que tres lustros después la situación acabaría siendo completamente opuesta.